Alcánceme el Vaso

Traedme ese vaso te digo, se te lo ordena ya.
Sin el, es imposible que sigamos viviendo
porque el me entrega el medio y usted la fuente
y sin eso, creo que es muy probable que perezcamos.

He Limpiado mi Cabeza

Caen las primeras gotas. Todavía no he entrado en trance pero de a poco comienzo a sentir como se deslizan esas mismas gotas por lo poco que queda de mi cuerpo seco. Cuando me doy vuelta, encuentro la maquina de escribir situada inquieta, esperando que mis manos le den vida propia. Es esa misma maquina, la de ayer, la de hoy y la que seguramente mañana estará ahí esperando mi intervención. De a poco comienzo a interactuar con ella a partir de mis dedos mojados que intentan de alguna forma reflejar los innumerables caminos que recorren mi mente. Se torna complicado encontrar el comienzo, son tantas las cosas que quisiera decir que como si de un embotellamiento se tratara, las mismas se colocan desordenadamente y con prisa por salir.

Dulce Calor

Escrito por Sofia Salazar:

En el suave calor del vapor que emana la infusión

que en una mañana fresca he preparado para mi,

He podido encontrar, al perder mi mirada,

Recuerdos de tantas mañanas,

Mañanas tan parecidas cuando a mis manos frías calentaba con el vapor,

con el suave calor del vapor que emanaba la infusión que en algunas mañana frescas había preparado.

He podido encontrar también el sentimiento del bienestar solitario,

El amor del hermano, la comodidad de la casa que llamo hogar.

Hoy son pocos los momentos de bienestar solitarios, del amor del hermano y la comodidad del hogar.

Porque hogar es hoy para mi cualquier lado en que estemos o hayamos estado juntos;

amor bueno el de los amantes y bienestar solitario,

Sólo cuando nuestros recuerdos me invaden en algún rincón de algún lugar en el que alguna vez me has dado: tu mano,

Calor en un abrazo y besos tan dulces que aunque envejezca,

Aunque me golpee la cabeza, aunque yo quisiera olvidar no pudiera,

porque en mi mano tu mano has dejado y ahora son una sola piel,

porque con tu abrazo me has tomado y ya no me puedes devolver y porque en mi boca está grabado,

está sellado cada beso que me has dado como tinta en el papel.

Mucho, Muchísimo.

Por Lihue Crespin:

Y es que me gustas casi tanto

como el chocolate, como las nubes.

Casi tanto como las tormentas de verano,

como andar descalza, como el acento francés.

Falsos Idolos

    Que inconcientes somos a veces cuando miramos al otro. Nuestros ojos se tornan brillosos cuando observamos a esa falsa belleza que guardan ciertas personas, dicha belleza que, usando el mismo tipo de ceguera, contemplamos lejana. Nunca nos detuvimos a pensar que tan lejana puede estar esa guapeza que el otro aparenta poseer, mucho menos a razonar si realmente esa seuda-elegancia que les atribuimos es la que realmente necesitaramos para que nuestra vida se eleve a la maxima felicidad. Quizas siga siendo otro pichon que quiere volar como tantos por ahora, pero permitanme mostrarles mi seguridad sobre el tema: no existe dicha belleza.